Provoca dificultad en la lectura. Afecta la comprensión lectora, las matemáticas, la ortografía y la escritura. Suele confundirse con otros problemas de aprendizaje y de atención que causan dificultades similares. Complicación con el lenguaje, no con la visión. Puede provocar retraso académico, pero de ninguna manera significa falta de inteligencia. Algunos profesionales de la enseñanza suelen etiquetar de “disléxicos” ante los bajos rendimientos en lectura y escritura, sugiriendo a los padres la visita a los especialistas: médicos, psicólogos, pedagogos…Pareciera que hubiese una tendencia en “clinizar la enseñanza”, pero es importante un estudio minucioso que determine si existe verdaderamente algún tipo de dislexia (fonológica o indirecta, superficial, mixta o profunda) para descartar trastornos.

Según Cerdá el “sujeto aprende dentro de un proceso continuo e inescindible que involucra millones de subprocesos de carácter neuronal y fisiológico junto a todos los fenómenos psíquicos y culturales que les otorgan las características propias de nuestra especie”. Dentro del ámbito educativo se utilizan los términos “dislexia del desarrollo” o “dislexia evolutiva”, la dislexia adquirida es provocada tras una lesión cerebral en las áreas encargadas del procesamiento de la lecto-escritura, que debe diagnosticarse con pruebas específicas, por lo que cuando se realice la evaluación neuropsicológica es fundamental una valoración que implique a las dimensiones hereditarias, neurológicas y psíquicas. Técnicas de neuroimagen han mostrado menor actividad cerebral en las partes involucradas en la lectura, demostrando que no funcionan de la misma manera en las personas que tienen dislexia que en las demás personas, lo que podría ser causa de sus dificultades.

Aprendemos interactuando con nuestro entorno, realizando tareas de diversos niveles de complejidad. Ante muchos trastornos que provocan fracaso escolar, un diagnóstico a tiempo y apropiado, quita la angustia a las familias del peso del rótulo de “retraso mental”. Es muy importante que esta anomalía se descubra en los primeros años de la etapa de la escolarización, para que profesorado, padres y especialistas puedan establecer las estrategias de enseñanza-aprendizaje convenientes para cada estudiante, por lo que materiales con perfil inclusivo, una alfabetización estructurada y multisensorial, recursos de audiolibros y apps de texto a voz, podrían serles de gran ayuda.

Autor: Equipo Docente de Brain’s Route.

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