Las últimas investigaciones en neurociencia, y su empeño por comprobar cómo son los procesos cerebrales que nos abordan, están haciendo grandes aportes al conocimiento científico sobre cómo funciona nuestro cerebro y su relación con la biología y las emociones.
Es imperiosa la importancia de que los nuevos educadores hagan suyas estas referencias, ya que de ello dependerá que las estrategias pedagógicas que decidan utilizar estén adaptadas a las necesidades reales del alumnado, para que se produzca realmente un aprendizaje relevante.
El sistema educativo actual necesita renovarse, ya que las nuevas generaciones de nativos digitales requieren que el profesorado adopte un nuevo rol, el de facilitador, desde una mirada inclusiva, teniendo en cuenta todos los aspectos que influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y, entre los ineludibles, estarían el estar informado de los avances científicos en neurociencia y de las estrategias didácticas que podrían potenciar las capacidades y los intereses individuales, activando una educación mucho más personalizada y relevante para los educandos.
Un conocimiento más profundo sobre cómo aprende nuestro cerebro, las relaciones biológicas entre cerebro y emociones, y todos los procesos químicos y hormonales en los que nos vemos involucrados a diario, puede ser de gran utilidad para comprender mejor al alumnado y, por ende, estimular procesos de aprendizaje que generen entornos mucho más propicios para desarrollar una educación mucho más relevante y adecuada a cada persona.
Además de la perspectiva neurocientífica, también sería útil para los diferentes agentes educativos conocer y aplicar principios de conducta, tales como condicionamiento clásico y condicionamiento operante. Pensamos que conocer la importancia de las emociones, su influencia en procesos atencionales y en el aprendizaje, unidos a la modificación de conducta, es el mejor abordaje para fomentar la curiosidad dentro y fuera del aula.
En resumen, consideramos a la NEUROEDUCACIÓN un ramal fundamental para la innovación educativa. Es necesario promover contextos de aprendizaje mucho más dinámicos y adaptados a los estilos de aprendizaje de cada persona involucrada, procesos que despierten el entusiasmo, que “iluminen la actividad cerebral”, sólo así podrán activarse acciones relevantes y transferibles a lo cotidiano de cada individuo.
Autor: Equipo Docente de Brain’s Route.
Todos los derechos reservados.